Tuesday, June 16, 2009

Apología de mujer con sombrero

Yo no vine a tí, viniste tu.
Yo no te esperaba y te besé.
Se supone que debo callar.
Se supone que debo seguir.
Se supone que no debo protestar.

Se supone que eres un regalo
que se me rompió enseguida.
Y ahora, nada, lo de siempre.
Se supone que eres el sombrero de una fiesta
de esos de cartón, para la ocasión.

Oh mujer,
si supieras lo breve que entraba la luz
en el cuarto de un niño en un alto edificio.
Y que era la hora esperada del día,
no me hubieras tocado en el hombro una vez.

Oh mujer,
si supieras lo breve que entraba esa luz
en una casa, que se llamaba la noche.
En una casa en la que no había más puertas,
que las de la razón de aquél niño sin fe.

Ahora se supone y nada más.
Yo también quisiera suponer
que la cobardía no existió,
que es un viejo cuento de dormir.
Pero quedo yo, en medio de mí.

Y en medio de las mismas paredes,
sonriendo a los amigos, yendo allá, desayunando.
Pero quedo yo aquí aplaudiendo una vez más
a los fantasmas, de las tres.

Oh mujer,
no te culpes, la culpa es un juego de azar.
Nadie sabe lo malo que puede ser riendo.
Ni lo cruel que pudiera salir un regalo.
No te asustes del día que va a terminar.
No te asustes de los puentes que caigan al mar.
No te asustes de mi carcajada final.



Silvio Rodriguez.

Saturday, April 11, 2009

Hombre pequeñito

Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario que quiere volar.
Yo soy tu canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo,
pero mientras tanto
ábreme la jaula, que quiero escapar;

Hombre pequeñito,
te amé media hora,
no me pidas más.



Alfonsina Storni (1919).